jueves, 7 de marzo de 2013

Se me olvidó que te amaba



Es irritante no recordar dónde puse las llaves,
qué comí ayer,
o con quién había quedado hoy.

Pero es desgarrador saber que algún día,
inminentemente,
será tu nombre lo que olvide.

Será esa profunda mirada
con la que me despiertas cada mañana,
serán esos dulces labios
que se rozan cada noche con los míos.

Algún día olvidaré que te amo.

Y entonces,
cuando tu presencia
sólo sea ausencia en mis recuerdos,
el que pagará el precio por mi Alzheimer;
seras tú.

Cuando tus ojos
sólo reciban indiferencia de los míos,
y cuando, como dos desconocidos;
tus labios,
sólo puedan besar mis mejillas
mientras pronuncias tu nombre.

Por eso prometo
llenar tu presente de buenos momentos.

Prometo quererte siempre,
aún cuando mi cuerpo y mi mente demuestren lo contrario.

Mi alma siempre estará contigo.

Ahora promete tú…

Promete que utilizarás tus recuerdos
para hacerme saber,
que aunque no lo recuerde,
prometí quererte con locura.

jueves, 3 de enero de 2013

Recuerdos de Noviembre


CUERDOS DE NOVIEMBRE
Noviembre se aleja, el cielo pinta sus últimas horas de luz dejando aparecer una bonita Luna por la ventana de mi habitación mientras la observo en el silencio de tu ausencia. Se presenta una noche preciosa, cuanto menos inspiradora. Pero al cerrar los ojos para dejar que mis sentimientos se conviertan en palabras, es el recuerdo de tu sonrisa el que susurra a mis oídos todo lo que esta noche te quiero decir…

En esta fría y bonita noche de Noviembre quiero que sepas que nada me gustaría más que estar entre tus brazos y que en uno de esos, nuestros abrazos, me hagas olvidar todo lo que me rodea, tanto lo bueno como lo malo. Porque cuando estoy contigo no me hace falta pensar en otra cosa que no seas tú para ser feliz. 

      Es el recuerdo de nuestro primer beso el que me da calor esta noche, el que hace que no pueda dejar de pensar en tí ni un solo momento. Después de saber cómo es mi vida a tu lado, se que no quiero vivirla si no estás conmigo. Porque tú me das eso que me faltaba, sabes sacarme una sonrisa con un par de palabras... 

Llegaste a mi vida haciéndome sentir la mujer más afortunada del mundo. Gracias, por ofrecerme la oportunidad de compartir contigo, el resto de mi vida. Nada me hace más ilusión que imaginar un futuro a tu lado. Y es que eres tan perfecto... tal y como te había soñado.

lunes, 16 de abril de 2012

Autodestrucción



Por más que me empeñe en negar lo que siento, nadie puede engañarse a sí mismo; por ello hoy, tras estas palabras se esconde aquello que nunca te he podido decir: te quiero. 

Tenía que pasar así, porque en la vida todo vuelve, tanto lo positivo como lo negativo y en esta partida aún no se había jugado la última carta. 

Aventuré cuando te conocí qué es lo que pasaría, y cuánto me duele hoy no haberme equivocado. 

Y puesto que requiere el mismo trabajo amar que odiar, hoy día me esfuerzo para conseguir lo segundo y con ello me consumo. 

Porque amar puede doler… Pero odiar nos destruye.

martes, 21 de febrero de 2012

Idilio cuasiperfecto

Me encanta el mar, cuando tengo momentos de bajón me gusta ir hasta allí, tumbarme en la fina arena, tocar el agua con los dedos de los pies y cerrar los ojos. Sentir como una fresca brisa acaricia mi cara, escuchar el murmullo de los pájaros sobre mi cabeza, percibir ese aroma... Entonces, mi alma me abandona. Es mi cuerpo el que se encarga de disfrutar de tanta belleza. ¿Puede algún hombre ser capaz de hacerme sentir esto? Hasta ahora no... Por eso, seguirá siendo el mar mi más íntimo amante.

Fui divagando entre hombres, comparando con tristeza que ninguno me hacía disfrutar tanto como lo hacía el mar. Entonces le conocí, supe que me iba a enamorar perdidamente de él, cuando me obsequió con la más azul de sus miradas. Mi vida no volvería a tener sentido sin probar, al menos, el sabor de sus labios. Todo mi ser soñaba con perderse en su cuerpo. Era tal la belleza que desprendía que no podía dejar de soñarle. Todo en él era poesía. No me importaría pasar mi vida entera mirando sus ojos.

Fue larga la espera, pero nos volvimos a encontrar. Le miré, como tantas veces lo hice en mis sueños... pero esta vez era diferente, esta vez ¡él también me miró! Fue efímero... pero mi alma se escapó, dejando libre a un cuerpo que sólo quería disfrutar de aquel paisaje. Sí, la misma sensación que en mis momentos con el mar. Pasaron pocos días hasta que volví a verle. No podía dejarle escapar, así que cual ola me fui dejando llevar y por primera vez besé sus labios. Tan salados... No podía parar de besarle. Nos tocamos, nos miramos, nos olimos. Se desbordó la pasión. Hicimos el amor... una vez, y otra y otra... y otra. Al poco tiempo, me dijo: "He intentado enamorarme de tí... pero no he podido" Esas palabras han recorrido mi interior sin rumbo alguno. Han subido y bajado sin cesar por mi cuerpo, provocándome un intenso dolor.

Pero esta historia no podía acabar así. Debíamos dejar que por última vez nuestros cuerpos se enlazaran, ellos no tienen la culpa de nuestros miedos, y aún así, pagarán su condena. Y así lo hicimos, nos dejamos llevar por la pasión una última vez, y tras el placer nos quedamos dormidos. Toda la noche recé para que ese momento no se acabara nunca. Pero lo hizo, con la desagradable banda sonora de un despertador. Nos levantamos, nos tomamos el último café mirando por la ventana, como solíamos hacer. Y luego, bajo su portal nos dimos el último beso. Fue un rápido adiós. Así fue como conformamos nuestro idilio cuasiperfecto.

miércoles, 25 de enero de 2012

Un día de esos

Cuando desperté esta mañana y encendí la luz de mi habitación, supe que hoy iba a ser 
un día de esos. 
En los que por más que te frotes los ojos, todo se ve de un sólo color. 
Uno de esos días
en los que te quedarías acostada, dejando que emane de tu interior un manantial de lágrimas. 

Pero es la propia vida la que te empuja a levantarte, la que te dice que no te puedes permitir perder el tiempo con tus cosas, que tienes que salir y cumplir con tus obligaciones. 
En un alarde de responsabilidad, saltas de la cama. 
Vas a tu armario, camiseta gris para hoy… 
Una vez más, el destino te envía una señal: 
hoy será un día de esos. 

En los que ni el más caliente de los cafés puede hacer que tu corazón deje de tiritar. 
Aún así te lanzas, sales a la calle con la esperanza de que alguien te pueda hacer sonreír. 
Buscas entre la gente y entiendes que hoy sólo puede conseguirlo él… Pero él no está. 

Asumes que hoy tenía que ser un día de esos y decides volver a casa, desnudarte, meterte en la cama y llorar… 

Llorar hasta conseguir quitarle la ropa a tu alma, para que abrazada a tu cuerpo, recupere las ganas de salir de su lecho.

La última melodía

           Es increíble que al dejarte llevar por un sinfín de palabras que viajan en un campo de ondas mecánicas, puedas vivir tan buenos momentos.

Tras tanto tiempo de letargo, hoy la música me las ha vuelto a despertar. Y ellas, como si no lo hubiesen hecho nunca, se han puesto a volar por mi cabeza rápidamente. Entre tanto aleteo, y como si de un experimento de psicofisiología se tratase, han activado aquella estructura cerebral humana encargada de formar y almacenar los sucesos emocionales: la amígdala. Se ha erizado toda mi piel, he sentido un escalofrío, mi corazón ha dado un vuelco... y entonces, ingenuamente, me he dejado envolver por todas esas sensaciones. Sólo he necesitado cerrar los ojos para visualizar aquel momento.

Estoy tumbada, ¿la única imagen de la que dispongo?: una enorme Luna llena rodeada de un millón de estrellas. Es una noche  de Agosto preciosa. ¡¿Agosto?!

En un impulso me incorporo y miro al frente: el Mar. Me dejo querer por él una vez más. Tras varios minutos,  una caricia interrumpe este momento. ¡¿Una caricia?!

Espera… ¡No estoy sola! Su mano toma con ternura mi cara, haciendo girar mi cabeza lentamente… Es él. ¡Cuánto tiempo! Le miro y sonrío tímidamente. Entonces, empujada por una cálida brisa me lanzo a recorrer los diez centímetros que separan su boca de la mía. Sus ojos y los míos cada vez están más cerca. Cinco centímetros… ya puedo sentir su respiración… Dos centímetros…  Qué cerquita le tengo…

Pero… La última melodía contenida en aquél sinfín de palabras que viajaban sobre el campo de ondas mecánicas adquiere un significado: “Perdón si no te supe amar”. En ese momento una bocanada de aire frío hace que todo vuelva atrás a la velocidad de la luz, ya no noto su respiración, sus ojos se alejan de los míos, su boca está cada vez más lejos, no le veo, el mar, las estrellas, la Luna… Todo pasa tan rápido que no me da tiempo a despedirme. Entonces se abren mis ojos. Estoy tumbada, pero esta vez no es arena lo que hay bajo mi cuerpo. Echo un vistazo alrededor… Mi habitación.

 “¿No le has besado?” preguntan mis curiosas mariposas.
“Sólo ha sido un sueño” respondo entre lágrimas. “Y como Calderón de la Barca apuntaba…  los sueños, sueños son”.


martes, 13 de diciembre de 2011

Mis jodidas mariposas

Tú…
Otra vez Tú.
¿Por qué?
Si te olvidé…
¿Por qué?
Revoloteas por mi cabeza como si yo te hubiera dado permiso para ello.
Estoy enfadada con mis mariposas.Ellas no deberían dejarte danzar por sus tierras como si no fueran mías. 
Esas tierras son mías, son mi cabeza. Vosotros, jodidos leidópteros, sois mis ideas. Yo soy quien os crea,  y de igual modo soy quien os debería poder destruir. Pero al igual que vosotras no lo echáis a Él ... yo no puedo eliminaros. Formáis parte de mí, por eso, no me lo pongáis difícil. 
Entre vosotras está la mariposa más bonita que jamás ha existido, aquella que hace dos semanas creé, para mí. Libertad la llamé, bonito nombre ;) 
Eres mi favorita. Por ello te pido, Libertad, échale. 
Sácalo de tus tierras. 
Él es tu mayor enemigo, si está Él tú mueres. 
Se fuerte. 
Ya me habían advertido que esta lucha no iba a ser fácil, pero hasta ahora le estabas haciendo sombra, y sabes que puede seguir siendo así. 
Pero joder… 
Él es muy fuerte, se ha tirado 5 años gobernando tus tierras ¿sabes? 
Conoce mejor que nadie por dónde vuela en cada momento. Por eso tienes que ser inteligente, que no te cieguen sus bonitas alas, que no te vuelvan loca sus pícaros movimientos. 
No es un buen momento para juntarte con Amor,  nadie mejor para confundirte. Durante mucho tiempo Él y Amor fueron grandes amigos… debes conseguir que nunca más vuelvan a serlo. 
Vamos bonita, mueve tus alas, lucha contra él. 
Yo te estoy apoyando desde aquí abajo. 
Esta vez nadie te quitará la corona.